Transgresión de las ordenanzas
Su felicidad recorrió un trayecto diseñado por técnicos municipales, con un horario regular. Allí estaba, en el interior de un autobús que tomó a tiempo.
A punto estuvo de perderla para siempre, pero en la penúltima parada desobedeció tímidamente la orden tajante del cartelito, que prohibía hablar con el conductor.
A punto estuvo de perderla para siempre, pero en la penúltima parada desobedeció tímidamente la orden tajante del cartelito, que prohibía hablar con el conductor.
Es posible que el camino a la felicidad pueda parecer marcado, como en este caso, por el Ayuntamiento o Municipio, pero al final hay que transgredir lo habitual y el propio miedo para aventurarse en un mundo nuevo.
ResponderEliminarMe imagino a la conductora y al pasajero, al término del turno de la primera, en una cafetería hablando y hablando.
Un relato cotidiano y creíble.
Un saludo, Jerónimo.
Gracias Ángel. La vida está llena de posibilidades y a veces basta con vencer el miedo que nos impide ir en su busca. Quizá lo mejor se encuentra en esas pequeñas cosas cotidianas por descubrir. Un abrazo
EliminarViendo las consecuencias de la infracción, a buen seguro que hasta el mismo Alcalde se sentiría tentado de eliminar el cartelito. Ya me le imagino enlazando a la feliz pareja en el Consistorio.
ResponderEliminarMe ha gustado por lo cercano y posible del suceso, seguro que varios intentos se dan a diario y alguno de ellos prospera felizmente.
Saludos, Jerónimo.
Gracias María Jesús. Como decía a Ángel mucho de la bueno y bello de la vida lo tenemos muy cerca. Me alegra mucho que te haya gustado. Un saludo cordial
EliminarFelicidades por tu relato, Jerónimo; me ha encantando esta pequeña y sencilla historia.
ResponderEliminarGracias Aninoma amiga. Gracias por leerme, por tu comentario y por todo :)
EliminarMe gustó tu relato, Jero, tímido y tierno. Te animo a seguir mostrándonos más escenas de la vida cotidiana pasadas por tu prisma particular. Y te invito a darte un paseo por mi humilde blog literario.
ResponderEliminarSaludos cordiales de otro exconcursante de SyG ;-)
Muchas gracias Pedro. Visitaré tu blog. Gracias por leerme y un abrazo cordial
EliminarProhibido amar con el conductor. Pero ¿Quién puede poner puertas al amor?
ResponderEliminarUn bonito micro Jerónimo. Suerte.
Un abrazo.
Muchas gracias Juancho. Es una alegría recibir tu comentario. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola Jero, estaba mirando un poco tu muro y me he encontrado con este espacio, así que como buena lectora, que además disfruta escribiendo, prometo seguir tus líneas. Interesante. Gracias
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