Al alba (Microtrilogía del desayuno I)
Todo empezó al alba: la luz, el zumbido atronador y las vueltas; y aquella energía invisible que flotaba a su alrededor; y el calor, cada vez más intenso, que llenaba todo su ser. Treinta segundos después, un timbrazo y todo terminó. Luego, le echaron azúcar, pero esa es otra historia.
Estaremos atentos para presenciar tal mezcla porque esto me huele muy bien ;)
ResponderEliminarFina
Gracias, Fina. Vas muy bien encaminada con eso de la mezcla (y hasta ahí puedo leer...)
ResponderEliminar¡Uy... que esto me resulta familiar! Lo dejaremos reposar, no sea que me queme.
ResponderEliminarMe está gustando, Notincgas.
Un saludo.
Gracias, Maria Jesús y encantado de saludarte también.
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