Desconexión
Sólo recibía noticias tristes. Era una situación que se le escapaba de las manos. Apagó el móvil un día entero, en ese paréntesis se sintió muy tranquilo; cuando lo encendió le llamaron con gritos. Probó a apagarlo una semana, vio cientos de llamadas perdidas. Cambió de número, cambió de vida.
Una buena idea.Si lo hiciésemos un fin de semana, al final lo aprobarían en el Congreso de los Diputados.
ResponderEliminarSaludos