El colmado
Ultramarinos Miguel. Eso dice el tablón de madera que cuelga encima de su cabeza. A ella le encanta sentarse a la puerta del colmado.
Su juego favorito es ver pasar. Pero ese día sólo pudo mirar un coche negro, arrastrado por caballos. Al llegar a casa la cama estaba vacía.
Su juego favorito es ver pasar. Pero ese día sólo pudo mirar un coche negro, arrastrado por caballos. Al llegar a casa la cama estaba vacía.
Una enciclopédica visión de la vida del ser humano reducida a cincuenta palabras.
ResponderEliminarHay trabajos y negocios que no te permiten sacar tiempo para llorar a un ser querido, lo tienes que hacer a tiempo fijo, fuera del horario comercial. En hora buena por el relato, lo veo con profundiad y diversas lecturas.
Una posible lectura sería preguntarse si trabajamos para vivir o vivimos para trabajar. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos.
Fina