Fuga
─Vamos, joder. Date prisa.
Vanessa vislumbró el final del pasadizo a apenas unos metros. El olor del bosque llegaba hasta ellos. Cuando la libertad le arañaba la piel, el miedo le mordió la nuca y atenazó su cuerpo.
El estrépito de las armaduras sonó detrás de ellos. Les habían cogido.
Vanessa vislumbró el final del pasadizo a apenas unos metros. El olor del bosque llegaba hasta ellos. Cuando la libertad le arañaba la piel, el miedo le mordió la nuca y atenazó su cuerpo.
El estrépito de las armaduras sonó detrás de ellos. Les habían cogido.
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