La belleza de lo cotidiano
Venían enfadadas de clase de maquillaje, todas con el mismo tono de labios. ¡Qué campo de amapolas agitado por el viento! El profesor habló. Inmensas mariposas azules y negras revolotearon hasta posarse una a una. Sigiloso, pudo acariciarles el alma en aquella burbuja mágica que explotó al sonar el timbre.
Emilia, no es sólo lo que dices, que también, sino cómo lo haces, además de la perfecta asimilación de lo que se transmite en el texto con el título. Cuánta belleza puede haber en un simple episodio cotidiano, en esas jovencitas que actúan al unísono, mecidas por el mismo viento; las caricias en el alma inducidas por unas palabras, dentro de una burbuja mágica que estalla.
ResponderEliminarUn relato hilado con una hermosa prosa poética que vuelve inmensos en tamaño y grandeza a los pequeños detalles.
Enhorabuena, Emilia.