La boda
Nos casamos en verano. Él con su niqui azul, yo con mi lazo blanco. En otoño nuestras manos se soltaron: yo empecé en el instituto, él se marchó al seminario. Teníamos once años y no volvimos a mirarnos. Él escondió nuestra historia; yo, los anillos plateados de papel de caramelo.
Tierna historia, sobre todo por lo real que podría ser...
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Firmo donde dice Patricia que es una historia "tierna" y "real". Me ha recordado un poco la novia infantil que parece ser que tuvo el Papa Francisco antes de decidirse a tomar definitivamente el camino de la llamada divina.
ResponderEliminarDos personajes que nunca olvidarán aquella "boda" tan inocente y hermosa, unas "alianzas" guardadas para siempre en el corazón y entre las páginas de algún libro.
Un saludo
que bonita historia. Pero podia haber empezado por el final
ResponderEliminarUn microrrelato precioso, tierno, delicioso.
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