Sucedió en Tarifa
La sirena coleaba herida de muerte sobre la arena de la playa donde había quedado varada. Una ola gigante la había arrastrado hasta allí. Los efectivos de la Cruz Roja la trasladaron urgentemente al hospital, pero las autoridades locales fueron firmes: es un caso claro de inmigración. ¡Devuélvanla al mar!
Me parece buenísimo, enhorabuena.
ResponderEliminarMalu
Muchas gracias. Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarMuy de actualidad, y seguimos con la venda en los ojos...
ResponderEliminarMuy bueno.
Bss
¡Genial! ;)
ResponderEliminarUn relato actual que pone a las claras que estamos en un mundo impersonal donde la magia parece imposible.
ResponderEliminarUn saludo
Muy bueno, Soledad.
ResponderEliminarSi existe el concepto de "chiste triste" este es un magnífico ejemplo.
Saludos
Gracias a todos por vuestros comentarios. Son los que me animan a seguir intentándolo.
ResponderEliminarAy, Soledad. Es que en esta triste sociedad nuestra ya no hay lugar para la magia ni la poesía. Sólo entre nuestras cincuenta palabras y lo has descrito muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un punto de magia para el mundo impersonal que nos ha tocado vivir, pero ni la magia es capaz de cambiar la cruda realidad de estos tiempos de retrocesos.
ResponderEliminarSaludos
Jesús
No sé si es tu intención pero me ha recordado al problema tan grande que existe desde hace más tiempo del que debería con los africanos que intentan entrar en España. Te abre los ojos un poquito más si cabe, te hace pensar, y saber que las cosas deben cambiar aunque no lo hagan. Y con el toque de fantasía que aporta un cuento. Muy elegante :)
ResponderEliminarManuel
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Esa era la idea, la denuncia de tantas situaciones injustas. Catorce kilómetros nos separan de haber vivido en el tercer mundo. Gracias por el comentario.
EliminarMuy ácido. Me ha gustado mucho. Mi enhorabuena.
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