Dignidad
El ataque fue brutal, sin declaración de guerra. Tras la perplejidad, las pruebas constataron el avance.
Mi resistencia sólo demora lo inevitable. Estoy hecho de química, aunque también de algo más. No reniego de esas células malignas, ellas me ayudarán a que caiga como he vivido, sin dejar de luchar.
Escrito por Ángel Saiz Mora
Mi resistencia sólo demora lo inevitable. Estoy hecho de química, aunque también de algo más. No reniego de esas células malignas, ellas me ayudarán a que caiga como he vivido, sin dejar de luchar.
Nunca hay declaración de guerra previa y nadie está preparado para comenzar el combate. Y la dignidad es, sin duda, el motor de la lucha. Pero hay algo más, algo que nos hace saltar la trinchera y enfrentarnos a la química propia y a la externa, el amor que recibimos y el que aún nos queda para dar.
ResponderEliminarCursiladas de nivel a su servicio.
Precioso, como todos tus relatos, Ángel.
Nadie está preparado para un ataque que nunca nos viene bien, pero estamos en este mundo para no entregarnos sin lucha.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, toda una hermosa declaración.
Un abrazo.
Buena actitud la elegida para luchar contra tan traicionero y fiero enemigo. Seguro que ese “algo más” de lo que estamos hechos es lo que nos da arrojo para combatirlo y no renunciar a la pelea, ¡nunca! Bonito relato que aborda veladamente el tremendo mal que nos rodea o nos toca. Casualmente también tengo mi relato del mes enfocado en este tema, pero lo dejaré para otra ocasión. Excelente, Ángel. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarUn día todo cambia, las perspectivas de futuro, el presente marcado por la enfermedad, los planes, las ilusiones. Queda aceptar o luchar.
ResponderEliminarAgradezco mucho tu comentario, María Jesús.
Saludos
Contundente relato, en verdad no estamos preparados para batallar en esa guerra. Muy bueno Ángel.
ResponderEliminarSaludos.
Tienes toda la razón, Beto, de ahí la admiración y respeto que merecen las personas que se sobreponen y no tuercen la cabeza ante una situación así. No hay que bajar los brazos, así que quede sólo un minuto para terminar el partido.
ResponderEliminarSaludos
La dignidad de un enfermo que no se deja vencer aunque sepa que la batalla es desigual y esté perdida. Pero ya se sabe: mejor morir de pie que vivir de rodillas. ¡Y todo en cincuenta palabras!
ResponderEliminarBuen relato, Ángel. Va un 'Me gusta' y mi consideración (que no conmiseración).
Saludos.
La famosa frase que has mencionado viene que ni pintada. Esa es la idea. Para qué estamos en el mundo si no es para avanzar, o al menos resistir.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, José Antonio. A ver cuando aparece el tuyo.
Un saludo.
Asumirlo con dignidad, aprender a convivir con ello, por lo visto y finalmente tu protagonista así lo hará. Cincuenta palabras muy interesantes. te deseo muchos "me gusta".
ResponderEliminarUn abrazo
Si lo miramos fríamente, antes o después todos hemos de emprender ese viaje que, por otra parte, nunca vamos a querer hacer. Ante lo inevitable sólo podemos anteponer dignidad.
EliminarMuchas gracias, Rosy, por tu amable comentario.
Un abrazo
Érase una vez... un estupendo relato. El cuerpo humano, y el ser que lo habita dispuesto a aportar ese algo más en la madre de las batallas. Una singular perspectiva cargada de actitud positiva y vital.
ResponderEliminarSaludos.
Si en algo se han distinguido los humanos es en su capacidad de sobreponerse al entorno. Ya sabemos que una cosa es decir algo y otra ponerlo en práctica, pero como bien has apuntado, Enrique, en toda circunstancia, y más de la que estamos hablando, debe imperar esa "actitud positiva y vital".
EliminarMuchas gracias por comentar y un saludo
Las palabras pueden hacer más llevadera cualquier situación y eso es tu relato. Y luego esa fuerza, ese empuje, esas ganas de luchar que transmite.
ResponderEliminarLos psicólogos dicen que los más difícil es consolar a alguien que ha perdido un ser querido y ayudar al enfermo a afrontar este tipo de situaciones.
Saludos
Jesús
En el relato se dice que estamos hechos de química y de algo más, ese "algo más" sin duda, son las palabras.
ResponderEliminarUn saludo.
Estupendo relato en lo que todo está dicho. Mi admiración Ángel. Muchas felicidades.
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