Categórico final de Cupido
Ya frustrado, el viejo Lobo le rogó a Vulcano que le fabricase una red tan liviana como incorruptible; con ella atrapó al inquieto Cupido —que tanto pesar le había traído—, luego le sustrajo su arma (tornadiza, errática) y, tras amarrarlo a un árbol decrépito, le pulverizó el recto a flechazos.
Pobre Cupido, Juan Ramón. Para un ojo que le quedaba útil...
ResponderEliminarMuy bueno. Cruel y divertido, con irónico contraste.
Saludos.
Hola, Enrique:
ResponderEliminarMe pareció muy divertido lo de "un ojo que le quedaba útil", y qué buena lectura hiciste: "Cruel y divertido, con irónico contraste".
Saludos y muchas gracias.
JROG
Shhh, qué manera de vengarse del tal Cupido que se la vive haciendo de las suyas. Jajaja! Me gustó mucho. Saludos! María Ordóñez
ResponderEliminarHola, María:
ResponderEliminarEl viejo Lobo comprendió aquello de que "es un plato que se sirve frío... ".
Un saludo y muchas gracias.
JROG