Destino
La culpa seguramente fuera mía, era demasiado ácido, parecía condenado a terminar mis días solo. De todas formas, el final estaba cerca, me sentía estrujado, aplastado, exprimido. Después, una larga caída hacia el fondo de la basura y, cuando creía que todo estaba perdido, la encontré... Era mi media naranja.
Muy simpática esta aventura en la cocina de quien se creía demasiado ácido.
ResponderEliminarNo hay más que dejar de buscar para encontrar y cuando menos se espera. Me gustan las historias que acaban bien ;) Un saludo.
ResponderEliminarFina
Una historia con mucha pulpa, jugosa. Me gusta.
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