Imposible olvidar
Pues sí, señor, lo echo mucho de menos. Cuando salgo de casa parece que lo voy a ver ahí subido en su caballo, erguido. Echo de menos nuestras correrías por esos campos de Dios. ¡Me enseñó tantas cosas!
Aún conservo en algún rincón del sobrado el famoso yelmo de Mambrino.
Aún conservo en algún rincón del sobrado el famoso yelmo de Mambrino.
Tantas cosas nos enseñó a todos... ¡y tantas que aún descubrimos cada vez que nos sumergimos en sus andanzas! Magnífico homenaje al loco más cuerdo de todos los tiempos.
ResponderEliminarSaludos.
Fina
Muchas gracias, Fina. Es verdad que siempre se goza de su lectura como si fuese la primera vez. Yo tuve la suerte de leerlo en ediciones para cada edad, por eso doy fe de lo que dices, siempre encuentras cosas nuevas en cada lectura del universo del Quijote. Saludos.
ResponderEliminarMe uno a tu homenaje, Santiago. Aún no he leído nada tan gratificante como El Quijote.
ResponderEliminarSaludos
Verdaderamente es gratificante. Su lectura te hace mejor persona y se atisba que puede haber un mundo mejor. Entran ganas de introducirte en la historia, ayudar a D. Alonso y vivir sus asombrosas aventuras. Gracias por el comentario.
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