Ocaso sombrío
Es invierno. Casi de noche. El hotel está vacío. Desde una ventana, un débil rayo de luna permite al anciano vislumbrar el final de la carretera. A lo largo de ella no hay nada, ni nadie. Aunque sí; pertinaz e incontrolable, inunda el espacio el acre olor de la soledad.
Un relato contado con preciosas y nítidas imágenes, tan bello como triste.
ResponderEliminarSaludos, María.
Muchas gracias Enrique. Saludos! María Ordóñez
EliminarMe lo imagino con la mirada perdida preguntándose si realmente merece la pena continuar su camino. Emotivo y bellísimo relato.
ResponderEliminarSaludos.
Fina
Así es... gracias Fina, por leerlo! Un abrazo. María Ordóñez
EliminarNo hay nada más triste que el desamparo en el declive de la vida. Un relato de gran belleza y sensibilidad. Suerte, María.
ResponderEliminarUn saludo.
Chusa.
Sí, la vejez no siempre es amable. Gracias Chusa. María Ordóñez
EliminarUn paisaje de invierno, oscuro y y solitario, identificado con la persona que lo mira, que se encuentra en el ocaso de su vida. Un buen paralelismo que tiene como broche la palabra final, a modo de conclusión fatal: "Soledad". Dicen que por mucho que nos hayamos relacionado al final siempre estamos solos.
ResponderEliminarUn saludo
Así es Ángel. Espero que no nos toque nada semejante! Gracias por tu interesante comentario! María Ordóñez
ResponderEliminarTan triste como real, después de leerlo deja el corazón encogido.
ResponderEliminarFelicidades María y enhorabuena por este estreno..
Besos.
Malu.
Muchas gracias, María Luisa, por tu bienvenida. Besos para ti también. María Ordóñez
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