Profundamente enamorado
Madrugó. Se arregló sin hacer ruido para no despertarla. Bajó a por el periódico y lo puso a los pies de su cama para que lo hojeara después. Más tarde sonó el móvil. Adormilada leyó su mensaje: "Bajé a la calle, compré 'El Mundo' y lo puse a tus pies".
Bonito relato para empezar.
ResponderEliminar¡Bienvenida!
Muchísimas gracias por tu acogida, Notincgas. Intentaré seguir colaborando con los micros en este bonito grupo.
EliminarUn saludo,
Belén
Una original confirmación, más que declaración, de amor, a la vez de una bonita atención, esa de recibir la prensa a pie de cama. Y, ahondando en el romántico mensaje, según está el mundo... seguro que fue un alivio encontrarse realmente el periódico.
ResponderEliminarMagnífico debut, Belén. Suerte y un saludo.
Muchas gracias María Jesús. Muy aguda en tus comentarios.
EliminarUn saludo,
Belén
Un microrrelato ingenioso, que logra extraerte una sonrisa con esa frase final. Y es que cualquier deseo es posible si el amor está presente y uno se afana por utilizar la imaginación.
ResponderEliminar¡Buen micro y suerte con el concurso!
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Nicolás. Espero seguir haciéndote sonreír con este entretenimiento literario.
EliminarUn saludo,
Belén
Qué buena idea. Con tu permiso me la apunto para aplicarla en mi vida diaria.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Ángel, me alegro de que te haya gustado la idea. Ojalá al protagonista y a ti os dé buen resultado.
EliminarUn saludo,
Belén.
Muy lindo. Un compañero de lujo. Así ya se puede empezar el día .
ResponderEliminarUn saludo
Querida amiga literaria, ojalá consigamos todos unos compañeros tan de lujo como el protagonista del micro, como tú bien dices.
EliminarUn saludo,
Belén
Wow! Qué lindo!!! Me encantó. Bien!!! Saludos. María Ordóñez
ResponderEliminarMuchísimas gracias María. Comentarios tan amables animan a seguir escribiendo e imaginando.
EliminarUn saludo,
Belén
Me hizo recordar la historia de esa joven actriz, allá por el siglo18 que, pretendida por un viejo virrey, le exigió, para obtener sus favores, le pusiera la luna a sus pies. El cazurro se las arregló para llevarla a una habitación con un ventanal que dejaba ver una hermosa luna llena que se reflejaba en un gran espejo puesto a los pies de la mujer. Bien por los que pueden poner la luna o el mundo a los pies de la amada.
ResponderEliminarRuperto.
Muchas gracias Ruperto por darnos a conocer esa historia. Seguiremos imaginando cómo poner lo inalcanzable un poquito más cerca de todos aquellos a los que queremos.
EliminarUn saludo,
Belén
¡Muy buen relato! Qué bonito pensar que aún quedan parejas con detalles tan románticos.
ResponderEliminarEnhorabuena Belén,