Casi hermanos
Profundamente sumida en el llanto, la desesperación, el miedo y el pánico, Amira vio morir a su padre alcanzado por un misil del otro lado de la frontera de Gaza. Corrió hasta la casa de su amigo para encontrar consuelo, éste la miró, cerró el Talmud, la abrazó y lloró.
Si el ser humano escuchara más los dictados de su corazón y de su conciencia y no se dejara conducir ciegamente por quienes sólo buscan su propio beneficio, ¡cuán diferente sería todo! Excelente micro.
ResponderEliminarFina
Gracias Fina, era bien para estos tiempos, abrazo.
EliminarHas convertido un tema de actualidad en algo para todo tiempo... mejoras con los años...muy buena ( lo de los años es broma)
ResponderEliminaray raquel jaja
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