Temor

Miré al espejo y dije: "Espejito, espejito ¡muéstrame al monstruo!".

Esperé unos segundos perpleja a mi reflejo pero no cambió. Seguía la imagen de una niña asustadiza de rostro algo pálido.

Entonces, me armé de valor y miré debajo de mi cama. El monstruo no estaba. Vivía dentro de mí.
Escrito por Saioa Etxegia Eizagirre

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