El apagón
Como cada primero de mes, desde hacía diez años, recibía sus flores. Sin saber el porqué, las portaba impasible hasta que se secaban.
Diez años atrás Juana perdía a su hijo en esa maldita rotonda ante el mudo testigo de la farola que, viendo el drama, hoy vestía sus flores.
Diez años atrás Juana perdía a su hijo en esa maldita rotonda ante el mudo testigo de la farola que, viendo el drama, hoy vestía sus flores.
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