El robo
Contempla la joya. Refulge. Fin de los años de miseria. El dedo se ajusta al metal. Su mano tiembla de poder. Los ojos, iluminados por un futuro cierto.
Besa la pieza con ardor obsesivo. Con ella atravesará fronteras. Recorre el cuerpo, acaricia su piel. Al llegar al pecho, la detonación.
Besa la pieza con ardor obsesivo. Con ella atravesará fronteras. Recorre el cuerpo, acaricia su piel. Al llegar al pecho, la detonación.
Buen micro, María Jesús. En cuatro líneas has contado, sin explicarlas, la vida pasada y la no vida futura del protagonista y todo ello, con un final de impacto.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tu comentario, Notincgas, ha sido muy halagador.
EliminarUn saludo cordial.
Parece el fina de un terrorista contado como un cuento fantástico. Parece un cuento fantástico hecho desgraciada actualidad, No se si lo he entendido , creo que si. Saludos Ya me lo dirás. Y sigue el buen hacer.
ResponderEliminarCreo que vas bien encaminado, José María. Es el final, de cualquier persona que quiere tener un final.
ResponderEliminarMil gracias por seguirme.
Refulge tu micro, Mª Jesús. No son buenos los extremos en casi nada.
ResponderEliminarSaludos.