Esquina

Se puso la sudadera, se abrochó los cordones y salió de la habitación. Cogió las llaves y le dio un beso en la frente a su mujer: 

—Adiós cariño, me voy a correr.

Al girar la esquina entró en el club de alterne con la conciencia tranquila. No había mentido.
Escrito por Stbn

4 comentarios :

  1. Me gusta la sutiliza del doble sentido en este microrrelato. Muy bueno.
    Saludos.

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  2. Muy ocurrente y un buen golpe final.

    ¡Enhorabuena!

    Saludos.

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