Helado
Ella se limpia la boca, arruga la servilleta y la tira con desdén. En el suelo de "Osa Polar", manchados de fresa y vainilla, agonizan unos versos. La autora del crimen abandona el local sin remordimiento. El aprendiz de poeta se pide otro helado de chocolate, para entrar en calor.
El aprendiz de poeta se ha quedado frío, de poco ha servido que desgrane su corazón en palabras. Pero está en el buen camino, seguro que se repone y sabrá dirigir sus versos a la destinataria adecuada.
ResponderEliminarUn abrazo, Beatriz
Seguro que sí, Ángel. Gracias por tu lectura y comentario.
EliminarBesos!!
A mí me ha parecido entrañable, recordando los tiempos del cole y los líos que nos llevábamos unos con otros... ¡Ánimo, poeta!
ResponderEliminarY tú no tardes otro año en asomarte por aquí.
Besotes, Bea.
Ánimo! Nuestro devorador de helados solo necesita practicar un poco más.
EliminarAy... que ganitas tengo de darte un abrazo, Richmond. :)
😘. :)
EliminarEran dos emoticonos de abrazos... Snif, no sé ponerlos. :(
Eliminar¿QUE ESTÁ MAS BUENO, EL RELATO O EL HELADO...? YO ME COMERÍA DOS RELATOS EL HELADO PARA LA ASESINA.
ResponderEliminarMuchas gracias, Gil. En mi blog puedes degustar más relatos.
EliminarUn abrazo. Que aproveche!!