Infravalorada
Allí andaba, meditabunda, algo errática, apagada, intentando explicarse los motivos de aquel inesperado traslado que ya se prolongaba más de la cuenta. Sus posibilidades, creía, habían sido claramente menoscabadas, sabedora de su potencial y brillantez de ideas.
—¿Qué hago en este triste cuchitril? —cavilaba ensimismada. —¡Para más inri, acabo de fundirme!
—¿Qué hago en este triste cuchitril? —cavilaba ensimismada. —¡Para más inri, acabo de fundirme!
A la pobre le hicieron el vacío desde el principio y mira como terminó... Un ingenioso 'alumbramiento' con este micro, José Antonio. Va mi 'Me gusta'.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tus palabras, amiga María Jesús. Eso sí, con una cierta tardanza por mi parte. Últimamente estoy un poco apagado aunque espero poder iluminarme pronto.
EliminarSaludos.
Quien es brillante debe expandir su luz, de lo contrario, se consumirá en un rincón, sin provecho para nadie.
ResponderEliminarUn saludo, José Antonio
Gracias, Ángel. No te falta razón, pero no siempre le dejan a uno (o a una) iluminar su entorno.
EliminarUn saludo y perdón por mi tardanza en dar respuesta a tu comentario.
Es como una bomba chiquitilla, de las de casco chiquitillo... jejeje! la verdad es que he tenido que leerlo dos veces para "cogerlo".
ResponderEliminarMuy bueno Barrionuevo! Ahi te mando mi "me gusta" José Antonio para que sigas escribiendo. (Como la guitarra a Serrat)
Agradezco Isidro tu comentario y tu aliento para que siga 'iluminando' con cincuenta palabras este magnífico rincón literario donde no dejo de ser una bombillita de esas de linterna.
EliminarUn saludo.
Luz que agoniza, qué injusto, pero así es la vida de asquerosilla.
ResponderEliminarSigue iluminándonos con tus letras. :)
Gracias Patricia por tus palabras, pero ante los buenos micros que uno tiene oportunidad de leer por este rincón uno tiene la sensación de alumbrar más bien poco.
EliminarUn saludo.
Pobre bombilla. Se conoce que no era de bajo consumo. Todavía puede servir para remendar calcetines; el caso es que se sienta útil.
ResponderEliminarMuy bueno, José Antonio. Aunque el mensaje no sea el mismo, me ha recordado a aquel arpa de su dueño tal vez olvidado.
Saludos.
Enrique Mochón.
Triste y abandonada, Enrique, como tantos otros. Sentimientos difícilmente superables cuando te dan de lado a pesar de creer que se tiene potencia suficiente. Pero así es la vida de asquerosilla, como dice Patricia Richmond. ¡Qué le vamos a hacer!
EliminarGracias por tu comentario, siempre amable.
Un saludo.