La predicción
Sobre el tapete, rojo sangre, el cristal; sobre el cristal, unas manos ensortijadas de falsas gemas.
—Veo un deslumbrante futuro —asevera la voz. —Un porvenir paradisíaco, muy próximo.
Miriam enloquece. Devora la vieja escalera hasta la calle. No respeta el semáforo. Un vehículo de faros potentes la ciega para siempre.
—Veo un deslumbrante futuro —asevera la voz. —Un porvenir paradisíaco, muy próximo.
Miriam enloquece. Devora la vieja escalera hasta la calle. No respeta el semáforo. Un vehículo de faros potentes la ciega para siempre.
¡Qué cachonda, la adivina!
ResponderEliminarLo que no aclara el relato es si antes de marchar corriendo, Miriam paga, o no, la cuenta.
Me gusta. Saludos.
Mira tú por donde, podría haber ocurrido "el suceso", por falta de pago, algo así como un desahucio de este mundo...
ResponderEliminarGracias por tu observación.
No es fácil interpretar los augurios, ni siquiera cuando parecen tan exactos.
ResponderEliminarUn relato que juega con el doble sentido, bien tintado en humor negro.
Un saludo, María Jesús.