La ruleta del infortunio
Cargó las seis balas en los seis orificios del tambor. No aceptaba sorpresas. Esto no era un juego. Él decidía su destino.
Acercó el revólver a la sien y cuando sintió el frío metal apretó el gatillo.
¡CLIC!
El arma se encasquilló.
Dudó, pero tras aquella señal descargó las balas.
Acercó el revólver a la sien y cuando sintió el frío metal apretó el gatillo.
¡CLIC!
El arma se encasquilló.
Dudó, pero tras aquella señal descargó las balas.
Creemos que somos quienes decidimos nuestro destino, pero a veces basta una pequeña señal para decirnos que estábamos equivocados y dar un vuelco al futuro.
ResponderEliminarEl destino, que es caprichosito, ha querido que se publiquen seguidos dos micros con disparos, aunque muy distintos.
Es admirable encontrarte en muchos frentes y derrochando calidad.
Un abrazo
Ángel, tú si que eres un monstruo!!! Pa calidad la tuya!!!
ResponderEliminar(basta ya de peloteo!!! jejejejeje)
Gracias por tu comentario! La verdad es que el destino es muy caprichoso, sí...
Un saludo!!! ;)