Pisadas sin huella
Me miro en el espejo y este no devuelve mi imagen. Respiro hondo y compruebo que el espejo está limpio, tampoco soy un vampiro ni estoy muerto. Nunca se me ha tenido en cuenta, siempre he sido invisible para los demás. Era cuestión de tiempo acabar siéndolo también para mí.
Todo lo contrario que su autor que con sus letras siempre está presente en nosotros.
ResponderEliminarCon personas como tú es difícil que alguien se sienta invisible. Muchas gracias, Lorenzo, por tus palabras. Abrazos.
EliminarExcelente reflexión. Quizás el espejo no devuelve la imagen, porque quien está delante excede con creces, la capacidad de la luna para reflejarse en ella.
ResponderEliminarMuy bueno
María Jesús, razón tienes. La valía de una persona no depende de la visión y percepción que los demás tengan de ella. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
EliminarGenial. La manida falta de reflejo del espejo con una nueva explicación.
ResponderEliminarSuerte.
Al final, el pasar desapercibido para los demás ha acabado por socavar el ánimo y la autoestima del protagonista. Muchas gracias, Rafa, por tus palabras. Abrazos.
EliminarMi querido, Salva. Tu reflejo podrá ser invisible pero tus pasos dejan marcadas unas huellas que nadie puede ignorar.
ResponderEliminarPatricia, huellas las que dejan en mí vuestros comentarios tan amables. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Eliminar¿También en esto el interfecto es el último en enterarse?
ResponderEliminarPues está muy bien
Luis, por desgracia el protagonista ha sido engullido por el pensar, o más bien el "no pensar", ajeno. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
EliminarPersonas a quien se les niega cualquier protagonismo, condenadas a pasar sin pena ni gloria, a ser invisibles incluso para ellos mismos.
ResponderEliminarUn abrazo, Salvador
Ángel, exactamente, invisibles hasta el punto de negárseles incluso el recuerdo. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
EliminarLos sueños y los espejos son los mejores amigos de los escritores, siempre aparecen para ins-pirar historias. Tu micro es de los buenos.
ResponderEliminarSaludos.
Beto, creo que en cuanto a relatos de espejos ya he cubierto el cupo, ahora voy a por los sueños, jajaja. Muchas gracias y siempre encantado por tu visita. Abrazos.
EliminarMee gusta por toda la reflexión que trae tras de si este relato: sobre el afán de protagonismo, la inseguridad en la propia valía,... Muy bueno, Salvador
ResponderEliminarAbrazos
Anna, uno puede ser invisible para los demás, eso no depende enteramente de nosotros, pero cada uno tiene que ver su reflejo nítidamente, con sus virtudes y sus defectos. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
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