Tempus fugit
El tiempo se le hacía tan corto que empezó a sospechar del maldito cuco. Con la escopeta de cañones recortados se apostó en el salón dispuesto a enseñarle a aquel pajarraco quién marcaba el ritmo de su corazón. Cuando llegó la policía se quedó asombrada de la rapidez del cuco.
Genial!
ResponderEliminarEstos relojes del todoacien, al final, mira lo que pasa.
ResponderEliminarMuy bueno, Luis.
Saludos.
Muy bueno, Luis. Me ha gustado de principio a fin. Suerte.
ResponderEliminarSaludos