Ausencias presentes
No podía. Él no podía abandonar el pueblo. La casa limpia y ordenada para cuando Carlos volviera. "Papá, en cuanto junte un dinerito montamos algo juntos". En el cementerio, la tumba de sus padres siempre reluciente. "Recuérdanos, velaremos por ti".
Por ellos, solo por ellos, no puede abandonar el pueblo.
Por ellos, solo por ellos, no puede abandonar el pueblo.
¡Qué bonito! ¡Bienvenido!
ResponderEliminarGracias Patricia!! No podría imaginar un recibimiento mejor.
EliminarA veces el autoconvencimiento es la única forma de seguir adelante. Aún así, parece que el personaje está a punto de salir corriendo.
ResponderEliminarHola Eli ! Tienes razón, cuando nuestras voces interiores están en continua lucha a veces hay que hacer caso al corazón y a veces a las piernas.
EliminarLo que más me gusta es el título, aparentemente contradictorio pero muy apropiado al texto. Qué difícil debe resultar a veces seguir adelante.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Ángel ! Es cierto, hay veces que no avanzamos. Que las personas que nos van dejando, algunas para siempre, dejan posos que pesan más que anclas.
EliminarA menudo algunas existencias (o sus ausencias) condicionan excesivamente la nuestra, la única que tendremos.
ResponderEliminarMuy bueno, Jose; dices mucho con muy poco.
Saludos.
Enrique Mochón.
Un bello homenaje a la fidelidad a nuestros mayores, a nuestros orígenes, tan ausente de nuestro comportamiento presente. Me gusta.
ResponderEliminarGracias Enrique y Eduardo por vuestros comentarios.
ResponderEliminarSiempre vivimos con la duda de cómo pudiera ser nuestra vida sin las circunstancias que la rodean. Pero aparte de fantasear, tener una actitud positiva y solidaria quizá sea lo que nos pueda salvar en los peores momentos.
Saludos.