Desde Adán y Eva hasta Steve Jobs
Todo empezó cuando la vi por primera vez, tan redonda, tan brillante, tan apetecible... Tarea difícil resistirse a esa tentación. Un día me la ofrecieron y, aunque algo escéptica, la mordí, la saboreé y ese jugo me atrapó para siempre.
Desde entonces voy de manzana en manzana, cual pecadora original.
Desde entonces voy de manzana en manzana, cual pecadora original.
Desde Adán y Eva, siempre tropezando con tentadoras manzanas... ese debe ser el sino del ser humano. Genial micro, Malu, sigue pecando. ;)
ResponderEliminarUn saludo.
Así es, pecando desde Adán y Eva. Siempre esas manzanas llamándonos a gritos.
EliminarGracias Mª Jesús, a seguir pecando tú también.
Besos.
Malu.
Ay, esas manzanas tan apetecibles, también las de Apple.
ResponderEliminarUn saludo
Ángel, por ahí empezó la inspiración para el relato. Se me estropeó el iPhone y sólo quería otro ... después hilé con la manzana y me fui hasta Adán y Eva, lo "recoloqué" y aquí el resultado.
EliminarGracias por tu comentario.
Besos.
Malu.
¿Quién es capaz de resistirse a una manzana tan sabrosa? Me sucede lo mismo con los buenos microrrelatos. Como este, que aúna exquisitez y buena hechura.
ResponderEliminarVa mi 'Me gusta' y, si puedo y me dejas, un mordisco a esa manzana.
Saludos, Malu.
Pues de tu árbol de inspiración salen unas manzanas bien sabrosas José Antonio. Mil gracias por estas palabras y, por supuesto, tienes todos los mordiscos que quieras.
EliminarBesos.
Malu.
¡Cuidado! No vayas a comerte la manzana en la que vivo... Jejeje.
ResponderEliminar¡Genial, Malu! El microrelato, y la autora...
Jajaja, Daniel, no, no, nada de comerse al habitante de la manzana.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Besos.
Malu.