Dos mensajes
Mi huida hizo de ella una madre soltera. No puedo retroceder veinte años, pero sí mejorar el presente. Supe que nuestro hijo padece una enfermedad coronaria. Antes de que mis venas se vacíen he enviado dos mensajes: un "lo siento" a su madre; otro al centro de órganos, como donante.
Escrito por Ángel Saiz Mora
¡Sencillamente magnífico! ¡Magníficamente sencillo!
ResponderEliminarDos mensajes, ¿cuál es más importante?, que intentan, como bien dices, Ángel, 'mejorar el presente'.
Va un 'Me gusta' y mis saludos con cierta alegría por poder leerte de nuevo.
Sin duda, de los dos mensajes, el más importante es el primero, por lo difícil resulta a veces entonar esas dos palabras; el segundo complementa con hechos la sinceridad de esa disculpa.
EliminarGracias, José Antonio. Yo también estoy encantado de leerte.
Un abrazo
Ángel, eso es un padre que asume su responsabilidad, un poco tarde, pero la asume. Me gustó esa sorpresa final.
ResponderEliminarUn abrazo, maestro.
Bien dice el refrán que más vale tarde que nunca.
EliminarTú sí que eres un maestro, triunfador además.
Otro abrazo para ti
Que terrible! Impacta. Esta muy conseguido. Ese antes que mis venas se vacíen es muy doloroso.
ResponderEliminarLa inmolación para expiar las penas de una vida equivocada, que quiere limpiarse con el mayor acto de amor, el de dar la vida por alguien.
EliminarGracias y un saludo
Tan brutal como conmovedor. ¡Chapeau! Saludos.
ResponderEliminarFina
Muy agradecido, Fina, me alegro de que te haya gustado.
EliminarSaludos
Ángel,
ResponderEliminarPoderoso inicio + poderoso final= poderoso relato.
Va mi "like"
Saludos, un abrazo.
No sé si es aplicable a estas cincuenta palabras, pero me ha gustado esa fórmula matemática adaptada a los relatos que has expuesto. Tampoco me sorprende en alguien tan diestro en ellos como tú.
EliminarGracias y un abrazo
Muy bueno. I like it !
ResponderEliminarThank you very much, Isidro.
EliminarUn saludo
Buen relato, Ángel. Da que pensar. Y se da la agria ironía de que, en el caso de que finalmente el padre done el corazón a su hijo, resultará que por dos veces le habrá dado la vida, y, por dos veces, terminará abandonándole.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Llevas mucha razón, se trata de dos abandonos, aunque entre ambos hay diferencia. El primero es fruto del egoísmo y la mala cabeza; el segundo supone su antítesis, la entrega absoluta.
EliminarGracias por comentar.
Un saludo
Un dramático inicio con ese doble abandono, compensado con un final reparador que provoca el estremecimiento. Impactante, Ángel.
ResponderEliminarUn saludo.
Un final que repara varias existencias y limpia una conciencia, aunque sea a costa de la propia vida.
EliminarGracias, María Jesús.
Un saludo
Precioso, Ángel, porque pedir perdón es un acto de valentía, siempre.
ResponderEliminarLo prometido: dos camionetas de besos. :)
Qué difícil resulta admitir un error y disculparse, cuántas relaciones se deterioran o pierden por orgullo, cobardía, o egoísmo.
ResponderEliminarHablando de egoísmo, me quedo el contenido íntegro de las camionetas para mí solito, aunque, eso sí, te mando otras dos con una carga similar.
El paso del tiempo puede hacernos reflexionar y darnos cuenta de nuestros errores. Su actuación con un "lo siento" y hacerse donante no es más que una forma de tranquilizar la conciencia. Pero después de tanto tiempo no es más que un mal remedio.
ResponderEliminarBuen relato, en tu línea, como siempre.
Saludos.
Hay cosas que ya no tienen solución, o ésta ha de ser, forzosamente mala.
EliminarGracias y un saludo
Tu protagonista tiene al menos esa posibilidad de redención que la vida a veces no da.
ResponderEliminarMuy buen relato, Ángel. A veces nos conformamos con haber transmitido nuestra idea, pero tú has logrado hacerlo además de manera bella y rotunda. Mi enhorabuena y un abrazo.
Enrique Mochón.
Una acción redentora, sin duda, aunque con el precio más alto.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Enrique.
Un abrazo.
El arrepentimiento final del padre, de alguna manera lo redime; lo que hace que tu micro permita varias interpretaciones de las causas del abandono inicial. Dejo un me gusta, suerte.
ResponderEliminarSaludos.
Como bien dices, es un arrepentimiento que redime, el único problema es que no hay posibilidad de retomar la vida después.
EliminarMuchas gracias, Beto.
Un abrazo
REALMENTE ERES UN MAESTRO DE LA SÍNTESIS. SIGUE.
ResponderEliminarTe lo agradezco, pero ni mucho menos, sólo un eterno aprendiz, te lo aseguro.
EliminarGracias y un saludo
Un "lo siento" no calmará el vacío de sus venas, pero el otro mensaje probablemente sí.
ResponderEliminarBuen relato, enhorabuena.
Todo se le perdona al que da la vida por otro, obtiene un borrón y cuenta nueva inmediatos para comenzar en otra vida.
EliminarMuchas gracias por pasarte, Piel, y por tu amable comentario.
Un abrazo
"Dramón" de principio a fin. Es buenísimo, como todo lo que escribes.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Muchas gracias por tus amables palabras, no sé si merecidas, y sobre todo por las buenas letras que compartes.
ResponderEliminarSaludos