El asesino
Lo reconocieron en el depósito de cadáveres. Era él. Definitivamente. Podían ya dormir tranquilos. Daban por terminada una etapa criminal sin precedentes en el país. La policía también respiró aliviada por fin. Todo parecía perfecto. Hasta que el cura, en el funeral, les habló de la resurrección de los muertos.
Muy bueno. Al final si no son unos, son otros los que lo j...
ResponderEliminarAhi va mi like.
De ser así esperemos que, al menos los desalmados, no resuciten con las mismas intenciones.
ResponderEliminar¡Buenísimo! Saludos, Irroca.
Excelente final, no tanto por inesperado, como porque pone en duda la realidad del mundo narrativo, instalándonos en la ficción como un mundo con otras claves. Muy notable.
ResponderEliminarMe ha encantado. La sencillez. Ese momento en q algo te hace dudar y de nuevo la preocupación. Jeje. Esta genial.
ResponderEliminarVamos a pensar que a lo mejor cuando resucite se pueda haber regenerado, no hay nada mejor para cambiar que ver las orejas al lobo. De todas formas, al final todo es cuestión de fe.
ResponderEliminarSimpático y hasta con toques profundos.
Un saludo