Jaque mate
Desde su cama —Hospital Provincial, Unidad de Oncología—, recordó con cierta vaguedad haber visto a una dama, vestida toda de luto, cabizbaja y derrotada, cómo recogía su tablero y las treinta y dos piezas, blancas y negras, que siempre la acompañaban.
Diez años después aún sigue dichosa con los suyos.
Diez años después aún sigue dichosa con los suyos.
Por increíble que pudiera parecer, en cada nuevo relato te superas, José Antonio. Mi más sincera admiración. Un abrazo.
ResponderEliminarFina
Pongo empeño, amiga Fina, pero no siempre me sale la cosa tan bien. Agradezco tus palabras porque son el motor que me ayuda a mejorar en cada entrega.
EliminarUn abrazo también para ti.
Muy bueno, José Antonio, y con final feliz además. Hay partidas en las que hay que darlo todo para no perder al menos..
ResponderEliminarNo sé por qué, he imaginado a esa dama con la cara de Max Von Sydow.
Saludos con afecto.
No siempre se va a salir con la suya. Alguna vez hay que derrotarla. Al menos durante un tiempo. Porque merece la pena vivir la vida.
EliminarGracias por tu comentario, Enrique.
Saludos.
Precioso relato para leer hoy, Día Mundial contra el cáncer de mama.
ResponderEliminarEnhorabuena, José Antonio.
Pues sí, Patricia. Ha sido una feliz coincidencia, si bien también ha sido algo... buscada. Para hoy tenía previsto otro relato, pero le pedí a Álex Garaizar el intercambio y, muy amablemente, me lo concedió. Espero que haya merecido la pena.
EliminarGracias por tus palabras.
Me ha encantado, casi diría que emocionado, tantas coincidencias... Has acertado hasta en el día. Suerte, José Antonio, y un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué amable eres, María Jesús! Te agradezco tu comentario, tan generoso como siempre. Lo del acierto en el día, como ya le he dicho a Patricia Richmond, ha sido una coincidencia buscada, con la complicidad de Álex Garaizar. Me alegra de que te haya gustada y, sobre todo, emocionado.
EliminarUn fuerte abrazo para ti.
QUE BUENA PARTIDA Y QUE BUEN RELATO SIGUE.
ResponderEliminarComenzó siendo desigual, pero lo importante es terminar la partida.Nunca se sabe quién puede ganar.
EliminarGracias por tu comentario.
José,
ResponderEliminarEs la máxima expresión de vencer, al menos en una partida, a la muerte.
Un relato estremecedor ¡Felicidades!
Muchas gracias, Saltimbanquin, por tus amables palabras.
EliminarSaludos.
Ya sabemos que al final esa señora de luto siempre llevará las de ganar, pero cuanto más tarde mejor.
ResponderEliminarUn saludo
De eso se trata, que sea lo más tarde posible. Eso sí, dentro de nuestras posibilidades.
EliminarGracias Ángel por tus palabras y por tu saludo. Otro para ti.
Enhorabuena José Antonio, muy bueno y muy esperanzador. Ojalá todas las partidas terminarán así.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Enormemente agradecido por tu comentario, Malu. Y esa es nuestra esperanza: ganar partidas y seguir jugando. Hasta donde podamos. ¡Que merece la pena!
EliminarSaludos (y besos).
Releyendo los micros he visto que -injustamente- no te comenté ni pinché nada. Aquí va mi ¡Bravo! y mi ¡me gusta!
ResponderEliminarPues te quedo muy agradecido, Isidro Moreno.
ResponderEliminarUn saludo.