Misión espacial
En Ganímedes no es delito escribir. Eso fue lo que me decidió a solicitar el puesto de guardiana del Faro Intergaláctico. Eso y que allí siempre es de noche y los sueños no tienen que esconderse avergonzados de existir. Eso y que allí puedo enviar mensajes de luz y esperarte.
Qué preciosidad de prosa para una idea tan bella...
ResponderEliminarGracias, Eduardo! Me has emocionado...
EliminarPatrica:
ResponderEliminarQué bello relato... Me quedo sin palabras.
¡Saludos!
Y yo no sé qué responderte... Gracias, Salti!
EliminarCON ESTE RELATO SE ACERCA Ganímedes A LA TIERRA, SE HACE MAS PROXIMO. eL RELATO EMPUJA. sIGUE..
ResponderEliminarSigue... a través de una estela de destellos que se aferran a la atmósfera terrestre...
Eliminar¡Gracias!
Creo que nunca te he pedido nada, por eso espero que no me digas que no. Por favor, resérvame un huequito en ese Faro Intergaláctico. A cambio, te vacío la papelera o te preparo la merienda, lo que quieras.
ResponderEliminarUn relato que invita a soñar, de una escritora genial
Un abrazo y luego otro
¡Hecho! Recarga la espada láser, que te vienes pal faro, mi caballero Jedi.
EliminarY mete Nocilla en la mochila, que ya me cansa el gusano arrakiano para merendar.
Beso grande.
¡Precioso, Patricia! (Y no puedo seguir escribiendo porque en la Tierra no está bien visto escribir. Aún no lo han prohibido, pero todo puede llegar. Y los sueños, hace tiempo que sienten vergüenza de todos esos personajes que los quieren robar).
ResponderEliminarVa un 'Me gusta' y espero que me llegue algo de esa luz que irradias.
Saludos terrícolas (pero sinceros).
¡Muchas gracias, José Antonio! Cuando quieras unirte a la Resistencia, serás bienvenido en mi faro.
EliminarAbrazos espaciales.
¡Qué bonito relato, Patricia!
ResponderEliminarSaludos cordiales.
PD.
Si le echas un poco de especia al gusano ese al que aludías en un comentario anterior, igual sabe mejor.
Ay, qué idea me has dado... Gusano de Dune deconstruido al aroma de Nocilla...
Eliminar¡Quedas invitado!
Desde aquí veo el haz de tu faro.
ResponderEliminarPrecioso relato, visual y luminoso, aún con esa noche eterna.
Saludos!
Muchas gracias, José. Noche eterna para perderse y no volver...
EliminarUn abrazo.
Qué bello relato, Patricia, que trasciende los límites de las galaxias y se pierde en el polvo interestelar. Jejeje. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Mª Jesús. Perderse para encontrarse, allá dónde la luz nos lleve...
EliminarAbrazo fuerte.
Vengo de mirar el cielo buscando tu faro, pero el polvo de estrellas, los meteoritos, las lluvias de estupideces y las nevadas de corruptos, me obstruían la visión. Abusando de la confianza de mi amigo “El Principito Exupery”, me he alojado en su planeta desde donde observo tu luz intermitente… (50palabras que con las de Patricia, son 100)
ResponderEliminarMuy bonito Patricia. Enhorabuena, te lo pongo ahora porque en el comentario anterior de 50 palabras ya no me cabía. jejeje!
ResponderEliminarMe he ido lejos del sol pero, con comentarios así, me voy a derretir.
EliminarPues como ya has localizado el faro, pásate a merendar y trae unas barras de pan, que he hecho corto.
Qué bonita tu continuación. Besos!
Precioso, Patricia, para enmarcar. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Salvador!
EliminarUn lejano punto de luz en una oscuridad sin tregua, y una hermosa soledad para compartir. Qué maravilla de relato, Patricia.
ResponderEliminarEnrique Mochón.
Muchísimas gracias, Enrique. Estoy muy conmovida por vuestros comentarios. Sobre todo porque, menos uno, son de chicos y me maravilla que os haya gustado.
Eliminar¡Un abrazo!