¿Sueño o realidad?

Soñaba yo a estar despierto, y que discurría por la placentera superficie de un lago dorado. De vez en cuando tocaba las heladas aguas, tratando éstas de despertarme, o quizá de sumirme en el Estigia, hacia donde Caronte me esperara.

Pero no, maldita incontinencia: seré el hazmerreír de la residencia.
Escrito por Santiago

2 comentarios :

  1. Ocurrente, Santiago. Inesperado y divertido final.

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  2. Muchas gracias, Eduardo. Ojalá sea divertida la vejez que nos espera; aunque sea inconscientemente.
    Mi madre, nonagenaria ella, solo guarda los recuerdos más agradables de su juventud y se lo pasa en grande. Creo que esos lapsus mentales son los que la mantienen aún con vida.
    -Cómo se encuentra Doña Trinidad?-
    -Muy bien, no me duele nada, como de todo, y eso que ya he cumplido los cuarenta.-

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