Varias horas antes de las cuatro y diez
Tirando piedras a una casa blanca, James Dean quedó atrapado eternamente en aquella canción mientras dos jóvenes se besaban por primera vez.
A veces los mira… ¡y experimenta una revelación que le hace llorar de felicidad!
Pero luego la melodía retorna al principio y, con ella, toda su insoportable frustración.
A veces los mira… ¡y experimenta una revelación que le hace llorar de felicidad!
Pero luego la melodía retorna al principio y, con ella, toda su insoportable frustración.
Buena excusa la canción de Aute, Enrique, para un magnífico relato.
ResponderEliminarYa he tardado, y lo siento -son más de las cuatro y diez-, para darte mi 'Me gusta' y mi saludo afectuoso.
Vaya, he tenido que quitar el anterior comentario por un error gramatical.
EliminarTe decía que siempre es buena hora para recibir tus comentarios.
Esta canción me sugería muchas cosas pero no sabía por cuál decidirme. Al final ha salido algo triste. En el próximo 50 cambiaré de tercio.
Gracias, José Antonio, y un afectuoso saludo también para ti.
Y aunque te retrases y tenga que esperarte hora y media, te votaré...
ResponderEliminarAy...
¡Ay!, ese "Ay..."
EliminarMuchas gracias, Patricia, por tu paciencia y por estos comentarios sin par.
Un abrazo.
Tener como padrinos a Dean y a Aute supone una carta de de presentación para cualquier relato que difícilmente se puede superar.
ResponderEliminarUn saludo, Enrique
Es verdad, Ángel. Solo espero no haberlos dejado en mal lugar, jeje.
EliminarGracias y saludos.
Ay, Enrique, que también a mí me has dado donde me duele... Con Aute como motivo, ¿cómo puede no gustar un relato tan emotivo? Estupendo.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre es gratificante encontrar estos puntos de conexión, Eduardo. Me alegro de que además te haya gustado el relato, o lo que sea, porque casi es más una meditación sobre ese momento que una historia.
EliminarSaludos.
¡Qué cierto aquello de que hay canciones que, al cerrar los ojos, se convierten en personas, en momentos...! Un relato muy intimista, me gusta, Enrique.
ResponderEliminarUn saludo.
Totalmente cierto. Y ya que estamos con Aute, a mí me ocurre también con esa fotografía de "Queda la música". Es curioso el nivel emotivo que consigue en ambas canciones partiendo de frases en su mayoría prosaicas.
EliminarGracias, Mª Jesús, y saludos.
Enrique! Que canción tan nostálgica y bonita. Me gusta muchísimo la primera frase del relato. La inocencia vive a veces en los dos minutos que dura una canción.
ResponderEliminarSaludos y abrazo.
María Cueto
Sí, María, y si no le prestas atención te la pierdes. Otras, en cambio, dura toda la vida, jajaja. No sabe uno qué es mejor.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias.