Anuales visitas
Ahora, escuchando el murmullo externo, intento calcular cuántos primeros de noviembre llevo en "La Eternidad", mi estrecha residencia de madera y mármol anclada en camposanto, que por estas fechas se engalana con multitud de flores que no veo, pero adivino y hasta creo que su olor evoco en melancólico recuerdo.
Un personaje que habita en una residencia concebida para la Eternidad, sin pagar alquiler, que al menos recibe una visita anual que viene a ser un homenaje floral.
ResponderEliminarUn saludo, Isidro
Pero qué será que todos nos aferramos a este valle de lágrimas y preferimos pagar alquiler y acaparar cosas perecederas. Debe ser el instinto de supervivencia animal que no se nos despega.
EliminarGracias Angel por tu comentario y enhorabuena por tus merecidos éxitos.
Pocos metros cuadrados, pero los justos para dormir el sueño eterno de los justos y de los no tan justos. [Capicúa]
ResponderEliminarSí. Realmente en muchas circunstancias ya sobra todo, incluso los metros cuadrados.
EliminarGracias "Sr. Anónimo" ¿O Sra.?
Sencillo. Escueto. Perfecto.
ResponderEliminarMuchas gracias Daniel. Es lo que persigo en estos relatos de esencia y sólo esencia. Sencillez, brevedad, precisión... y si está perfecto... ¡ya es la leche!
EliminarCasualmente hemos coincidido en el tema, aunque no es raro en estas fechas, y en la forma de contar nuestro relato. Ambos destilan esa tristeza vaga y sosegada de los cementerios.
ResponderEliminarUn saludo, Isidro.
Muchas gracias por tu preciso y precioso comentario. Me alegra haber coincidido contigo en el tema de nuestros relatos.
EliminarSaludos y suerte.
Hola Isidro,
ResponderEliminarMe parece que tienes una gran inventiva y eso te ha llevado a crear un microrrelato original que atrapa de principio a fin.
Saludos.
Gracias por tus palabras Oscar. Es cierto que todos los días intento inventar, pero no todos los días lo consigo. ¡Es difícil!
ResponderEliminarUn abrazo.