Cuestión de principios
Su padre no entendía que prefiriera las muñecas al fútbol. Tampoco compartía su afición por disfrazarse de mujer. Las discusiones sobre lo correcto y lo incorrecto eran cotidianas.
Cuando él le sorprendió consumiendo pornografía gay por internet, su progenitor se excusó:
—De acuerdo, pero a mí me gusta el fútbol.
Cuando él le sorprendió consumiendo pornografía gay por internet, su progenitor se excusó:
—De acuerdo, pero a mí me gusta el fútbol.
Dicen que quien a sus padres se parece, honra merece, siempre tuvieron más en común de lo que pensaron. La discrepancia del progenitor respecto al hijo no era sobre tendencia sexual, sino deportiva. Curioso relato que juega con el equívoco, con el fútbol como motivo de intransigencia.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por tu comentario, Ángel. A veces, las formas importan más que los fondos...
ResponderEliminarJa, ja, ja. Qué simpático micro resulta que los dos eran gays con la diferencia que el hijo era más afeminado. La final colosal, amigo, cómo tiene que ser un buen micro. Un abrazo y felices fiestas, Sotirios.
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