Elvireta
Era la primera niña que vi con pantalones. Hicimos amistad y nos intercambiamos tebeos. Un atardecer, nos citamos en una esquina, bajo un farol, pero el maestro nos vio. Yo, azorado, me agaché para que no me reconociese. Al día siguiente, me abofeteó ante los demás. Me sentí un héroe.
Pero de eso ha pasado mucho tiempo. Ya han cambiado las modas, las normas, las costumbres y las leyes. ¡Ley de vida!
ResponderEliminarMe gusta Daniel. Un abrazo!
No había vuelto por aquí y no vi tu comentario que agradezco mucho más por la tardanza en hacerlo. Otro para tí, amigo.
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