Engarce simétrico
Noche, insomnio, escritura. Pudiera ser un retazo confuso y apresurado. Leonardo quizás eligiera búsqueda, selección, estructura.
Medía, contaba y mezclaba palabras. Amalgama precisa. Pero muchos días, tras desechar todas, acababan en la bolsa de basura, goteando sobre sus zapatos y el suelo del ascensor camino de la joyería que regentaba.
Medía, contaba y mezclaba palabras. Amalgama precisa. Pero muchos días, tras desechar todas, acababan en la bolsa de basura, goteando sobre sus zapatos y el suelo del ascensor camino de la joyería que regentaba.
Me gusta el ritmo y las imágenes, esa bolsa de basura con los restos orgánicos goteando. Gran relato.
ResponderEliminarSaludos.
La palabra no pronunciada o desechada puede ser tan orgánica como la raspa del pescado.
EliminarGracias Eli por tu comentario. Un saludo.
Magnífico relato, Jose, en todos los sentidos.
ResponderEliminarSiempre hay algo de ciencia en este proceso a veces doloroso de la creación aunque, como en este caso, sea a pequeña escala. Me encanta esa idea subyacente de búsqueda de una pequeña joya, ¿quizá mediante la alquimia? A veces la clave puede estar en esas gotitas grasientas que se empeñan en acompañarte negándose a ser olvidadas.
Saludos, Jose. Va un me gusta.
Enrique Mochón.
Una operación matemática bien resuelta o en su caso una pequeña pieza de joyería, pueden tener tanto de inspiración y ejecución como un poema sublime.
ResponderEliminar¿Ciencias o Letras? Belleza.
Gracias Enrique por tu comentario. Saludos.