¿Siempre nos quedará París?
Llueve en París y en un puente sobre el Sena siguen los dos, mirándose como nunca, mintiéndose como siempre. Ni aun volviendo al lugar de origen consiguen recuperar lo que jamás tuvieron. Exhalando el último suspiro de desamor se entregan las únicas verdades en sus vidas:
Au reuvoir, mon amour.
Au reuvoir, mon amour.
Me pones los pelos de punta, no dejes nunca de transmitirnos estas cosas!
ResponderEliminarMuchas gracias Bea. Me alegra muchísimo que te haga sentir esas emociones.
EliminarBesos.
Malu.
Bellísima descripción del final de una complicada relación. Y ese entorno que has creado… espléndido; ayuda mucho, aunque sea para una ruptura.
ResponderEliminarGénial, mon amie.
Un beso.
Ay, Mª Jesús, ni en un entorno tan bonito se pueden salvar de la ruptura las cosas que no tienen remedio.
EliminarMerci mon amie.
Besos.
Malu.
Hay veces que no queda nada porque nunca lo hubo, en esos casos no sirve empeñarse, ni la magia de París puede ponerle remedio.
ResponderEliminarUn saludo
Ni la ciudad de la luz puede con lo que no se enciende por sí solo.
EliminarGracias por tus palabras Ángel.
Besos.
Malu.
Me gusta! Elegiste el escenario apropiado.
ResponderEliminarMuchas gracias Isidro, el escenario es perfecto aunque la historia sea tan imperfecta.
EliminarGracias por tus palabras, me alegra que te guste.
Besos.
Malu.
Precioso, Malu.
ResponderEliminarEn medio de esa desafortunada historia se intuye, intuyo, el amor.
Un abrazo.
Enrique Mochón.
Muchísimas gracias Enrique, intuiste bien. El amor que todo lo puede y todo lo destruye.
EliminarBesos.
Malu.
En un marco tan apropiado, resulta idóneo recordar unas palabras de Neruda, el poeta (para mí) del amor, que transcribo:
ResponderEliminar'Para que nada nos separe, que nada nos una.'
Sentido y bellísimo microrrelato, Malu. Va mi 'Me gusta' (y llevas muchos, por algo será).
Besos.
Siempre muy agradecida por tus palabras José Antonio, tan bellas como las de Nerua.
EliminarUn beso.
Malu.