Y sin embargo, se mueve
Se mueve. Es una sensación rara. Se lo enseño a mi madre y sonríe. Pensaba que era grave. Es un alivio.
Mi padre llega de trabajar y les escucho decir algo de un ratón en mi almohada. Nuestro apellido no es Pérez. No les entiendo. Y mi diente sigue moviéndose.
Mi padre llega de trabajar y les escucho decir algo de un ratón en mi almohada. Nuestro apellido no es Pérez. No les entiendo. Y mi diente sigue moviéndose.
Muy tierno tu cuentecito. Yo también veía ratones.
ResponderEliminarDe pequeños no entendemos el mundo y muchas cosas nos asustan. Que se nos caiga nuestro primer diente, por ejemplo.
ResponderEliminarLuego, con la edad ya vamos entendiendo algo más. Aunque a veces, ni eso.
Gracias María JEsús.
Saludos.
Descubrimientos infantiles, a los que los mayores damos explicaciones de cuento. El título a mí me parece un homenaje a Galileo, él no entendía a la Inquisición pero la Tierra seguía moviéndose.
ResponderEliminarUn saludo
El título está sacado de la frase de Galileo (de hecho, es la frase). No es un homenaje, o no lo pretendía al menos.
EliminarQuería hacer un contraste entre algo tan sencillo e infantil como es que se caiga un diente y la idea de un hecho científico, que suena a algo más complicado y adulto.
Gracias Ángel por tu interpretación.
Saludos.
Una tierna historia seguramente vivida por todos en nuestra infancia. Y muy bien traído el título, como queriendo insistir en que a pesar de los cuchicheos de los padres, su dientecito seguía ahí, moviéndose.
ResponderEliminarSaludos.
Es que los mayores, perdidos en su mundo gigante, no entienden los problemas de la gente menuda. Y perder un diente es algo muy serio.
EliminarGracias Mª Jesús.
Saludos.