El bocado de Adán
De manzanas nada, ¿vale? Que ya está bien de echar las culpas a la pobre Eva y las mujeres. ¡Pero si todavía tenéis atravesada en la garganta la prueba del delito! ¡Que os la comisteis así, sin partir ni na, trogloditas! Además, tenemos desde entonces a Dios con un cabreo...
Dí que sí, hombre. Siempre nosotras las malas mientras otros se comen las nueces.
ResponderEliminarPero que dice Eva que, de pobre, ná.
¡Besos!
Desde el libro del Génesis, el género femenino, serpiente incluida, arrastra un estigma negativo, hasta el punto de que Adán parece ser una víctima inocente que se deja embaucar con malas artes, menos mal has puesto un poco de justicia en esa balanza, además, con simpatía.
ResponderEliminarUn abrazo, Luis
Hola, Patricia. Si es que tengo debilidad por el género femenino, ya ves.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Ángel. Además no quisiera entrar en derechos de protagonismo con ese tal Prometeo y lo del fuego sagrado... En fin iremos lidiando con los mitos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme. Me agrada que talentos como el tuyo o el de Patricia se detengan.
Feliz Navidad
¡¡¡Hombre ya con la manzana!!! Jajajaaaa ...
ResponderEliminarMuy bueno Luis, felicidades.
Malu.
Por fin podré comer (¡y ofrecer!) una manzana sin remordimientos de conciencia (je, je, je).
ResponderEliminarGenial relato, Luis.
Saludos.
Fina
Gracias, Malu
ResponderEliminarBsss
Me alegro, Fina, pero ten cuidado con las nueces.
ResponderEliminarBsss