Naufragio de ida y vuelta
Arrojado a las trincheras por la miseria y el destino. Solo por volver fue recibido como héroe, pero traía el fracaso pegado al barro de sus botas.
De noche descansaba, las pesadillas llegaban con los ojos abiertos, al consolar a las madres de los desdichados que enterró con sus manos.
De noche descansaba, las pesadillas llegaban con los ojos abiertos, al consolar a las madres de los desdichados que enterró con sus manos.
Por lo que veo este es solo tu tercer relato en 50. Por mi parte son suficientes para que tengas toda mi admiración. Me encanta cómo escribes, Jose.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias Enrique. Es un placer participar en este espacio luminoso con gente tan imaginativa y diestra con las letras como tú y muchos otr@s compañer@s. Un abrazo.
EliminarSoy de la misma opinión que Enrique, me ha fascinado tu relato, por su dramatismo y por la dureza de lo que narra, pero tan bien contado...
ResponderEliminar¡Enhorabuena y un saludo!
Maria Jesús Rodríguez.
Abrir los ojos, ver lo que pasa a nuestro alrededor y tomar partido puede ser el inicio de la solución. Gracias por tu comentario Mª Jesús. Un abrazo.
EliminarCondenadas guerras en las que nadie gana, muchos desaparecen y los supervivientes quedan con secuelas.
ResponderEliminarBuena fuerza narrativa en tus letras, José
Saludos
La guerra es un triste final para un tortuoso camino de ambición y odio. Ojalá todo quedara en letras sobre el papel. Gracias por tu comentario Ángel. Salu2
EliminarMe gusta. Afilado y directo. Pocas, pero suficientes palabras para formar un gran relato de largo recorrido.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tu comentario Eli. Veo que han publicado hoy un relato tuyo en 50 palabras y me parece una fábula preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Bravo José! Contundente y con correcta técnica.
ResponderEliminarMe gusta.
Un abrazo
Se agradece tu mensaje.
ResponderEliminarUn abrazo maese Isidro.