Carpe diem
Con nuevo y carísimo vestuario, se alojó en el Ritz, convocó individualmente a cada amigo, comió, bebió, rió, bailó con su amor imposible, luego fue de putas, luego cantó, luego lloró, luego se despidió y al día siguiente, según lo previsto, se internó en la unidad de paliativos de oncología.
Hombre sabio, que me ha hecho llorar.
ResponderEliminarPara Isidro, un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario. Es un honor viniendo de ti.
EliminarUn abrazo.
No las he contado, amigo Isidro, pero sí de verdad sólo son 50 palabras, la de cosas que le dio tiempo a hacer a ese ATS en los dos días que tuvo de libranza entre guardia y guardia de la unidad de oncología !!!
ResponderEliminarLuis, al final nos tendremos que unir para hacer pareja cómica. ¡que tiemblen algunos...!
EliminarA eso se le llama vivir el momento, sí señor. No me puedo ni imaginar que se le podría ocurrir en una segunda salida.
ResponderEliminarUn abrazo, Isidro
Amigo Angel, muchas gracias por tu comentario y te digo que estoy en ello con lo de la segunda salida, pues me da pena dejarlo definitivamente en oncología.
EliminarActuó como si no hubiera un mañana..¡¡ Y los milagros...??
ResponderEliminarA veces no hay mañana y los milagros no son frecuentes por desgracia.
ResponderEliminarGracias Anónimo. (Me suena tu nombre)