Definitivo adiós
Olía a despedida mientras yo me sentía tan fuera de lugar como un belén el siete de enero. Nos tiramos los trastos del querer y apuramos las sobras del amor de un trago. Tus tacones resonaron como tambores lejanos y el aire que levantó tu falda quedó como último recuerdo.
Sí. Así sueña un adiós definitivo. Impactante lo del aire que levanta su falda como último recuerdo.
ResponderEliminarSin lugar a dudas esto sí que es un adiós definitivo. Me ha gustado lo de los trastos del querer y lo de los tacones.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Cuando como recuerdo sólo queda el aire, es que el adiós estaba justificado y debe ser definitivo.
ResponderEliminarUn saludo, Arturo.