Días de mierda
Volaba apaciblemente cuando notó una gota en la cabeza. Llovía, tenía su traje bueno tendido y, encima, sus superpoderes no le iban a ayudar. Pero el sol brillaba, no lo entendía. Se puso una mano donde había notado el impacto y una sustancia pegajosa se enganchó entre sus dedos: mierda.
Ni el mismo Superman es capaz de librarse de días así. ¡Muy bueno!
ResponderEliminarBienvenida, Aida.
Saludos.
Fina
Qué bonita manera de representar esos días magníficos en los que todo sale al revés de cómo estaba previsto. Buen microrrelato para empezar ;)
ResponderEliminarCris.