Impaciencia dolorosa
Bajó lo más rápido que pudo. Las escaleras desaparecían a una velocidad suicida. Tenía que llegar antes que nadie a la librería. Conseguir un ejemplar del libro se había convertido en un objetivo irrenunciable. Y entonces, aquel escalón roto tomó un protagonismo indeseado. ¡Si se hubiera conformado con el PDF!
Una ventaja de las nuevas tecnologías, pero el papel sigue fascinando a muchos hasta hacerlos volar por las escaleras. Enhorabuena y mucha suerte
ResponderEliminarGracias por tu comentario..
EliminarEspero que no sea autobiográfico.
ResponderEliminarQue nos cuesta no oler el papel...
Un abrazo y enhorabuena
Merece la pena el traspiés y golpe, si fue a comprar "Nuestras Cincuenta y pico palabras"",yo no me he tirado al ruedo pero soy fiel seguidora ...parte de la familia!!.
ResponderEliminarSimpático y oportuno.
Un saludo
El papel es el papel, bien se merece un intento aunque este acabe mal.
ResponderEliminarEspero que a la próxima haya mejor suerte.
El ansia a veces nos pierde, y si es por conseguir un libro, hasta puede disculparse. Pero cuidado con los escalones, que ya tiene bastantes tropiezos la vida...
ResponderEliminarMe ha gustado, Rafael. ¡Suerte! Un saludo.
Pues yo tampoco soy muy de PDF, y además troto por las escaleras. Vamos, que podía haber sido yo el protagonista de tu historia.
ResponderEliminarSimpático el micro, Rafael. Saludos.
JL Fernández
Gracias a todos por vuestros comentarios...
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