Las penas con pan
Se conocieron en una panadería. Él más integral, ella más de semillas. Compartieron la última de cuarto y acabaron sacudiéndose las migas. Cuando se separaron ella se quedó con los seguidores de Instagram y él con los de Twitter. Al salir pusieron el contador de visitas a cero y esperaron.
Intuyo que siempre ha sido así: siempre opuestos, siempre complementarios, Y también todos nos hemos puesto en hora de vez en cuando y hemos esperado, solo que antes esperábamos de otro modo.
ResponderEliminarMuy buen relato, Dídac; redondo diría yo.
Saludos.
Muchas gracias Enrique. Saludos!
EliminarMe gusta el reparto tecnológico después de las referencias panaderas. Enhorabuena y suerte
ResponderEliminarGracias Jerónimo!
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