No los abras
—Los ojos. Transmiten tanto —esbocé una sonrisa—. Con ellos percibimos la línea luminosa del horizonte, aunque somos incapaces de ver el esplendor de la oscuridad. Deseamos capturar momentos con ellos pero, sin embargo, los cerramos en los más bellos. ¿Por eso los cierras ahora?
Miré más allá de mi pistola.
Miré más allá de mi pistola.
Precioso, como siempre.
ResponderEliminarDe impacto! Un relato con toda la fuerza. Enhorabuena y suerte
ResponderEliminarEn el primer párrafo destaca una marcada sensibilidad, que termina fulminada de manera certera y sorprendente con las seis últimas palabras.
ResponderEliminarUn texto con buenos ingredientes, contrastados además.
Un saludo