Sin rastros en la arena
La había acosado todo el verano. A los quince años la obsesión puede confundirse con el enamoramiento.
Los noticieros difundieron ampliamente la noticia pero aún nadie conocía su nombre. Sentía emoción por saber, que ahora sí, era solo suya.
Bajó al sótano de la casa alquilada y besó el cadáver.
Los noticieros difundieron ampliamente la noticia pero aún nadie conocía su nombre. Sentía emoción por saber, que ahora sí, era solo suya.
Bajó al sótano de la casa alquilada y besó el cadáver.
Seguramente sea cierto que el enamoramiento puede rozar la obsesión, al menos temporal, lo que está muy claro es que lo que se ama se cuida y se preserva, y hasta se deja ir si llega el caso; fuera de eso, ya es terreno enfermizo y hasta peligroso. Creo que el relato consigue lo que pretende, transmitir inquietud ante un sujeto que no distingue unas cosas de otras.
ResponderEliminarEncantado de leerte también por aquí. Un saludo, Macarena
Ángel parece que fecuentamos los mismos sitios, gracias por tu comentario. Como siempre, tan acertado y profundo lo que señalas.
EliminarNos seguimos leyendo.
Un cordial saludo.