A la espera
Ramón llega como siempre: borracho y drogado. Al menos esta vez se va derecho a dormir y no me pega. Mientras se descalza, balbucea te quieros y algo de una pelea en un bar. Noto que su costado sangra considerablemente, pero yo no digo nada y, esperanzada, aguardo el amanecer.
Al menos esta vez hay esperanza. Ojalá la espera merezca la pena. Un saludo.
ResponderEliminarEsperanzada o esperando un desenlace que la de la libertad? Duro pero posible pensamiento, en la piel de ella...
ResponderEliminarA la espera de ver cumplido un deseo, tal vez. ¡Bienvenido!
ResponderEliminarSaludos.
Muy dura su decisión, pero seguramente menos que lo que tuvo que padecer para poder tomarla.
ResponderEliminarTransmites muy bien no sólo un desenlace, sino toda la trastienda que llevó a él.
Enhorabuena.
Un micro muy duro.
ResponderEliminarTu escrito se merece un "me gusta"