El espectáculo de la compra
De repente aquellas patas de jamón comenzaron a taconear en el pasillo de los embutidos. Parecía que sólo yo observaba aquel espectáculo folclórico mientras el resto de personas, cual sonámbulas, empujaban sus carritos arrastrando sus vidas. Fueron cinco minutos en los que pasé del asombro al miedo y terminé aplaudiendo.
Hola Cuarta lobo.
ResponderEliminarMuy divertido tu micro. A tu protagonista lo llamaba de una forma muy original el jamón. Y sus diferentes Estados, del miedo al palmeo, me ha hecho reír. Al final se sumó a la fiesta.
Me temo que su visión se cura con unas buenas tapas de jamón.
Me ha gustado.
Un saludo.
Pablo.
Igual el granjero dueño de los cerdos era muy aficionado al flamenco o al claqué y ellos habían crecido en ese ambiente... Hay que estar muy atento, en cualquier momento de nuestra rutina puede surgir algo extraordinario. Muy divertido, Cuarta Lobo. Saludos
ResponderEliminarEsos momentos de locura transitoria hacen que algunos días sean mucho más divertidos. Como tu relato, Lobo.
ResponderEliminarUn saludo.
Ja, ja, ja, no me extraña que pasara por el asombro, miedo y finalmente aplaudiera. ¡Menudo espectáculo!
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Muchas gracias!!!
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